Me llamo Lina Restrepo Álvarez, una apasionada panadera y cocinera aficionada intensa y dedicada. Mi trayectoria como diseñadora industrial y gráfica me ha dado muchas herramientas valiosas pero es en la cocina donde encuentro la verdadera expresión de mi arte.

A través del plegado del papel haciendo Origami adquirí la destreza en las manos que hoy me permite transmitir amor en cada plato que preparo. La cocina ha hecho parte de mi historia familiar y desde hace años disfruto de reunir personas queridas en torno a una mesa, cada plato es una historia por contar y un momento para disfrutar juntos. Siempre busco excusas para cocinar en mi casa, en casa de otros ó en el mejor de los casos en el fuego al aire libre. Caí en las redes del pan en el año 2018, esto dio un giro inesperado a mi vida. La masa madre llegó a mi como un regalo del destino traída por alguien que apenas conocía y descubrí que era una fuente inagotable de vida y sabor.

Me encanta compartir el producto de las manos que trabajan con dedicación en alimentos que se entregan para nutrir tanto el cuerpo como el espíritu. Encuentro magia en la cocina, la siento una labor sagrada. Aprendo de la práctica, la observación y la experimentación.

Hace un año decidí llevar mi pasión un poco mas allá y compartir mis creaciones culinarias con el mundo. No encuentro labor más orgánica, sincera y generosa que compartir el pan y los alimentos. Desde que la tuve en mis manos, la masa madre robó mi atención por completo por ser una fuente infinita de vida ¡y de pan! Me siento afortunada de poder ofrecer el alimento ancestral más importante de la humanidad.

En Casa de Lina, cada receta está impregnada de buenos ingredientes, procesos artesanales y el amor que solo puede transmitirse a través de la comida preparada con el corazón. Descubrir los secretos de una buena alimentación equilibrada ha sido un viaje de autodescubrimiento y bienestar que quiero compartir.